Denuncia Violencia Familiar y Acoso Sexual 4 Pasos
La violencia familiar y el acoso sexual son uno de los problemas sociales más comunes en el Perú. Su existencia se basa en el machismo, una conducta por la que el hombre siente que es la parte más importante de la familia y la sociedad.
La violencia familiar se origina en los tiempos en los que el varón era la fuente principal de ingresos económicos para el núcleo familiar y se consideraba, por tanto, que su acción era más trascendente que el resto de los integrantes del núcleo familiar. A pesar de que esta situación ha cambiado y el aporte productivo de la mujer constituye, en muchos casos, la mitad de los ingresos familiares y, en otros, la mayoría de estos, el machismo se mantiene.
Por eso, muchos varones siguen actuando con violencia en contra de sus parejas y otros miembros de sus familias. La violencia no se produce únicamente de manera física (golpes), sino, sobre todo, de manera económica, sexual y psicológica. Esta última (la violencia psicológica) se ejerce mediante insultos, comparaciones denigrantes, desvalorización y es la que deja huellas más profundas en quienes la padecen.
Así que cualquier acto de violencia física o verbal (psicológica) o inclusive maltrato sin lesión o la amenaza o coacción que se produzca entre estas personas se considera violencia familiar.
Por otro lado, se configura el acoso sexual cuando una persona vigila, persigue, hostiga, asedia o busca un contacto con otra sin su consentimiento para realizar actos de este tipo. Ahora bien, la ley penal exige que la víctima tiene que rechazar en todo momento las actitudes por parte de acosador
La "médula del delito" tiene que ver con el consentimiento, un espacio de confianza en el que la otra persona acepta si abre el espacio con connotación sexual.
Incorporamos también las denuncias respecto a violencia escolar, entendida como toda forma de violencia física o psicológica, lesiones y abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, que ocurre entre escolares, entre adultos y escolares y contra la propiedad, tanto dentro de la escuela como también en sus inmediaciones, entre la escuela y el hogar y a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
El aplicativo te permite, ejecutando cuatro sencillos pasos, denunciar violencia familiar, violencia escolar o acoso sexual ante las autoridades y sin ningún costo. Toma la decisión y no soportes más ningún tipo de maltrato.
La violencia familiar se origina en los tiempos en los que el varón era la fuente principal de ingresos económicos para el núcleo familiar y se consideraba, por tanto, que su acción era más trascendente que el resto de los integrantes del núcleo familiar. A pesar de que esta situación ha cambiado y el aporte productivo de la mujer constituye, en muchos casos, la mitad de los ingresos familiares y, en otros, la mayoría de estos, el machismo se mantiene.
Por eso, muchos varones siguen actuando con violencia en contra de sus parejas y otros miembros de sus familias. La violencia no se produce únicamente de manera física (golpes), sino, sobre todo, de manera económica, sexual y psicológica. Esta última (la violencia psicológica) se ejerce mediante insultos, comparaciones denigrantes, desvalorización y es la que deja huellas más profundas en quienes la padecen.
Así que cualquier acto de violencia física o verbal (psicológica) o inclusive maltrato sin lesión o la amenaza o coacción que se produzca entre estas personas se considera violencia familiar.
Por otro lado, se configura el acoso sexual cuando una persona vigila, persigue, hostiga, asedia o busca un contacto con otra sin su consentimiento para realizar actos de este tipo. Ahora bien, la ley penal exige que la víctima tiene que rechazar en todo momento las actitudes por parte de acosador
La "médula del delito" tiene que ver con el consentimiento, un espacio de confianza en el que la otra persona acepta si abre el espacio con connotación sexual.
Incorporamos también las denuncias respecto a violencia escolar, entendida como toda forma de violencia física o psicológica, lesiones y abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, que ocurre entre escolares, entre adultos y escolares y contra la propiedad, tanto dentro de la escuela como también en sus inmediaciones, entre la escuela y el hogar y a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
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